lunes, 14 de septiembre de 2009

Jaime Aristy Escuder, precandidato a senador por el Distrito Nacional por el PRD, realiza propuestas a favor de los derechos de la mujer dominicana

El Estado Dominicano debe hacer más eficiente su aporte a la mejoría de las condiciones de vida de la mujer dominicana. A pesar del desarrollo económico y social de las últimas décadas, la mujer dominicana sigue siendo discriminada laboralmente, sigue teniendo la mayor probabilidad de vivir en un hogar pobre y sigue siendo víctima de una creciente violencia intrafamiliar.
La mujer ha mejorado significativamente su nivel educativo pero es discriminada en el mercado laboral. Esto se debe a la existencia de imperfecciones en ese mercado que provocan que una mujer con el mismo nivel educativo y experiencia laboral que un hombre reciba un nivel de ingresos que puede ser hasta un 25% inferior que el de su contraparte masculina. No cabe duda de que el mercado laboral está castigando la maternidad, lo cual es equivalente a un “impuesto a la maternidad.”
Esa discriminación laboral se reduciría mediante la disminución del impuesto que grava los ingresos que reciben las mujeres. Esa reducción de la tasa del impuesto sobre la renta igualaría el ingreso disponible después de impuestos de mujeres y hombres, eliminando el efecto perverso de la discriminación laboral que existe en la actualidad.
Cabe resaltar que el efecto negativo de la discriminación laboral se agrava por la ausencia de una política general de guarderías infantiles, pues eleva el costo de entrada de la mujer al mercado laboral. La mujer de escasos ingresos se ve obligada a quedarse en su casa y no puede insertarse en el mercado laboral, reduciéndose el nivel de ingresos del hogar. En promedio, la tasa de participación masculina es mayor en 20 puntos porcentuales a la de la mujer.
La combinación de la menor participación laboral con la discriminación en la remuneración produce que el ingreso de las mujeres represente únicamente un 43% del ingreso de los hombres. Esa realidad provoca que un hogar encabezado por una mujer tenga una mayor probabilidad de ser pobre que un hogar encabezado por un hombre.
Para facilitar el aumento del ingreso promedio de la mujer es impostergable la creación de una amplia red de guarderías infantiles que posibiliten a las madres insertarse al mercado laboral.
La situación de la mujer dominicana se torna más negativa cuando se aborda el tema de la violencia intrafamiliar. La ausencia de una legislación que proteja adecuadamente a la mujer de ese tipo de violencia eleva la incidencia de feminicidios. La evidencia empírica revela que muchas mujeres se mantienen dentro del hogar, aun cuando son víctimas de violencia doméstica, porque dependen económicamente de su pareja. Lamentablemente, se ha demostrado que la gravedad de la violencia doméstica se incrementa con el paso del tiempo (i.e., pasa de violencia psicológica a violencia física y luego a feminicidio), por lo cual si no se toman medidas correctivas oportunas y definitivas podría llegar a un desenlace fatal que le cueste la vida a la mujer.
Por ese motivo, propongo la creación de una legislación que establezca un apoyo monetario por un período determinado a las mujeres cuyo jefe de hogar es la principal fuente de ingresos y ha sido acusado y/o condenado judicialmente por violencia doméstica. Ese ingreso sería complementado con un programa de inserción laboral preferencial que se pondría en marcha a través de la Secretaría de Estado de Trabajo a favor de las mujeres víctimas de violencia doméstica.

No hay comentarios:

Publicar un comentario